Jugar en casa siempre es diferente. No sólo por tus aficionados sino por tu propio estadio. Ya puedes tener la afición más apasionada o más numerosa que si disputas tus partidos en un frío y alejado estadio olímpico nunca será como jugar en un campo que te arropa y que respira historia en sus muros. Un buen ejemplo es Craven Cottage, el estadio del Fulham FC y que presume de ser uno de los más coquetos del Reino Unido.