Hubo un tiempo en el que el deporte femenino atraía tanto
como el masculino. Eran las décadas de los años veinte y treinta. Mujeres que
se ganaban un sueldo siendo deportistas profesionales. Era la misma época en la
que el todopoderoso balompié aún no dominaba todo el panorama deportivo
español. Las mujeres destacaban en deportes como el tenis o el “frontenis”.
Eran muchos los frontones los que había por España, y los había incluso únicos
para aquellas jóvenes raquetistas. Un ejemplo, el Frontón Sierpes de Sevilla,
uno de los más importantes del panorama nacional.